Durante el período 2003-2008, Argentina experimentó una de las fases más importantes
de expansión económica de las últimas décadas, sólo comparable al decenio 1964-1974.

En ese marco, la tasa de inversión se recuperó con vigor, alcanzando también niveles
muy significativos en comparación con la trayectoria histórica reciente. Sin embargo, y
tal como ha sido mostrado en diversos trabajos, dicha recuperación de la inversión tuvo
lugar en un marco de severas restricciones financieras. En efecto, la mayor parte de las
inversiones se financiaron con recursos propios de las empresas siendo muy limitado el
acceso al crédito bancario o del mercado de capitales.

Las particularidades del mercado financiero argentino se tornan complejas ante la
inexistencia de una banca de desarrollo que permita fondear proyectos de mayor
relevancia para el desarrollo productivo. Esta combinación entre un sistema financiero
débil y poco profundo con una banca de desarrollo inexistente o parcial establece
dificultades para el crecimiento a mediano y largo plazo en tanto la implementación de
proyectos se torna lenta y se dificulta la posibilidad de experimentar saltos de
productividad signifcativos para la economía en su conjunto.

El presente trabajo analiza, en primer término, las características de la recuperación de
la inversión durante el período 2003-2008, constatando que, efectivamente, la inversión
experimentó una fuerte recuperación con escasa financiación por parte del sistema
financiero. A partir de esta constatación, se analiza el marco institucional existente en el
cual se produce la mencionada restricción. Finalmente se estudian opciones para recrear
una banca de desarrollo a partir de tres opciones: a) la conformación de una nueva
institución, b) la coordinación de instituciones existentes, c) la provisión de liquidez al
sistema financiero con orientación específica en la colocación.

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